14/3/10

El peso del fuego


Ningún objeto me puede devolver la paz que me robó el paso del tiempo; ningún consuelo para lo que sabía pero no quería reconocer.

Cuando aquellas visiones golpearon mis ojos, cuando abrí las puertas que ya nunca podré cerrar, no me convertí yo en hombre, pero dejé de ser niño.

Y todo esto me quema. Estoy ardiendo. Quizás podria entregar parte de la luz que desprende la llama y así aliviar la carga del fuego.

El peso del fuego.