De las mañanas (Para Alfonso)
Sé que el manto rosa del alba
no pasa de largo ante tus ojos;
se enreda en tus pestañas,
y por las mejillas gastadas,
se derrama hasta tu boca.
Y si los colores pudieron ser dulces en algún modo,
fue entonces cuando lo fueron;
entonces fue, es ahora, y es alimento en todos estos dias nuestros,
alimento para el camino,
sabor para el invierno.
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