15/1/09

El pucherazo del Rubicón II



Subo por la esquina de la Conveniente hacía el Carmen. Son las dos de la mañana y quisiera pasar un rato con Carlos antes de que el Urban cierre.
En medio de la cuesta me cruzo con una vieja conocida y dice, mujer con raíces en lugar de piernas dice:
-Vienes mucho por aquí - certificando inconsciente que mis ausencias son ahora más prolongadas que mis presencias.
Tras un superficial intercambio de información, nos despedimos, mientras el eco de sus palabras me convierte en exiliado y viajero a un solo tiempo.
Acelero el paso y alcanzo a mis amigos; maravillosos en santanderina proporción, dos chicos por chica. Y como toda marcha es preparativo de muerte y celebración de vida, y me acaban de recordar que marcho, durante el resto de la noche disfruto aun más si cabe de música, humo, voces y rostros bañados por la luz de los cármenes.

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