27/2/12

1.

Ella camina en dirección a una de las playas de la ciudad. Su nueva ciudad. Es verano, principios de verano y la tarde es suave y no demasiado calurosa. Mientras pasea por el embarcadero, contempla sonriendo el otro lado de la bahia con sus montes, sus acantilados y más playas,muchas playas, aunque al otro lado de la bahia la mar siempre es más brava y el azote sobre la arena y los acantilados es constante.

Sonrie casi sin darse cuenta.Sonrie por costumbre. Sonrie porque ha sido bendecida con un corazón amplio y esponjoso.

Mientras tanto, él ya lleva un buen rato tumbado sobre la arena: Ha comido un bocadillo de tortilla de patatas, se ha bañado en la mar fresca y ,con medio cuerpo fuera de la toalla, se ha secado al sol. Ve que una pareja de amigos suyos salen de la playa, les llama, hablan un rato sentados sobre el dorado colchón y deciden irse juntos hacia el centro de la ciudad.Mientras camina con sus amigos, lleva la vieja bici de montaña a su lado.

Caminan por el borde del muelle que sirve de antesala a las primeras playas de la ciudad.Ella en una dirección, él en la contraria. Si hubieran caminado en la misma dirección, nunca se habrian encontrado.

Y se encuentran: Ya se conocen, desde hace un par de semanas trabajan en el mismo lugar, y se saludan amistosamente, con alegria sincera y espontanea.Él le presenta a sus amigos. Ella le cuenta que va a descansar en la playa de tanto buscar piso. Todavia no ha encontrado uno que le guste.El la dice que quizás la pueda ayudar y que qué le parece que queden esa tarde...

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